From: KRONOS Club de Amigos Subject: 1168 Sabado 2-1-99 Edicion Matinal C U A D E R N O D E B I T Á C O R A d e l C l u b d e A m i g o s K R O N O S l a N a v e d e l a F i l o s o f í a y l a C i e n c i a e l A r t e y l a P o e s í a e l H u m o r y e l M i s t e r i o kronos@kronos.org EDICIONES ACTUALIZADAS Y ORDENADAS (desde Noviembre 97) http://www.kronos.org/ http://www.kronos.org/bitacora/mes.pl ftp://ftp.kronos.org/ http://www.kronos.org/bitacora/enlaceskronidas.html S U M A R I O 1168 Sábado 2-1-99 Edición Matinal _______________________________________________________________ Beatriz Martinelli______________________CARTA A LOS REYES MAGOS Quiron-Alvar________________________________Regalos de Poetisa. José Biedma López_______________________Misterios Orficos ( 1 ) [Carlos]______________[csn-wittgenstein] Gramática Filosófica V Manú_________________________________________Génesis ( 60 ) _______________________________________________________________ From: Beatriz Martinelli Subject: CARTA A LOS REYES MAGOS Amigos, como está muy de moda un señor anciano con barba, los Reyes Magos están pensando que ya no nos acordamos de ellos, sería bueno escribirles unas cartas, están bastante viejos y se sienten desolados!!! CARTA A LOS REYES MAGOS Queridos Reyes Magos, les escribo desde mi patria. Ustedes me conocen desde hace mucho tiempo. No sé si podrán recibir mi carta. Seguramente si les pasa lo mismo que a mí, ya serán bastante viejitos, eran mayores cuando yo los conocí. Conocí, es una manera de decir, recuerdo el Pesebre de mi casa, siempre el mismo hasta que la dejé. Melchor, tu eras alto y de pelo castaño, tu manto era rojo y la barba te daba un aspecto ¡tan elegante! Siempre te colocaba el primero de la marcha. Gaspar, tu eras más bajo, tu posición era con una rodilla en el suelo, y así te iba acercando al establo donde el Niño los estaba esperando, no llegarían antes del 6 de enero. Baltazar, tu pelo ensortijado, corto, tu tez oscura y tu manto verde. Algo llevabas para el Niño, era un regalo, no sé si era la mirra o el incienso, pero algo le llevabas al Niño. ¡Eras tan exótico!, el que más me gustaba. Cuando pedía las cosas casi me dirigía a vos, se me hacía que me escuchabas. Y así ahora les escribo recordando cuando una pequeña niña esperaba contando varios meses antes, cuánto faltaba para "Los Reyes Magos". En ese enorme patio, arrastraba esa caja donde mi muñeca preferida siempre dormía, bien tapada - ¡no tuviera frío! Ese año mi pedido era un cochecito con ruedas donde pudiera acostar más cómoda a mi nena y pudiera pasearla por la vereda, sentarme en el escalón de ese largo pasillo, mientras veía jugar a los chicos de la cuadra. No sabía si escribirles, en realidad no sabía escribir, mis pedidos eran siempre en silencio, los pensaba y les pedía tímidamente el regalo, pero era muy insistente, tímidamente, pero muchas veces, no sea que se olvidaran. Y llegó el 5 de enero, y a la noche, puse mucho cuidado en dejarles el pasto que necesitarían los camellos pues estaban muy hambrientos y agotados; el agua fresca en un gran balde, y mis zapatos bien acomodados en la puerta de mi pieza. Mi muñeca, por supuesto, durmiendo al lado de mi cama, evidente, no tenía coche y la caja de cartón estaba gastada. Recuerdo Reyes Magos, que cuando abrí los ojos ese 6 de enero, la sonrisa me iluminó el rostro, sentí la sonrisa en mi cara y todavía la siento. Al lado de mis zapatos, vuestro regalo, un cochecito de muñecas color verde claro. Con rueditas para no tener que arrastrarlo. En ese momento supe, que cuando uno quiere algo y sabe pensarlo, es mucho más fácil lograrlo. Entonces ahora, les escribo, no es que no los piense, pero se me hace que estarán esperando esta carta. Les pido un cochecito, verde claro, para esas niñas pequeñas que quieren pasear a sus muñecas más amadas. Un escalón tras un largo pasillo para sentarse a ver como juegan los chicos de la cuadra, en ese barrio donde sólo se dan cita la paz y el amor, como eternos invitados. Una vereda soleada y segura, donde nada malo les suceda, y puedan crecer pensando que el Mundo es bueno para ellas. Beatriz Martinelli 2-1-99 -- Me festejo y me canto y lo que yo asuma tú habrás de asumir, pues cada átomo mío también es tuyo. Canto a mí mismo Walt Whitman http://www.tresdefebrero.com.ar/barrio/1/vangogh/marbella/index.html I.C.Q. 13093216 _______________________________________________________________ From: Quiron-Alvar Subject: Regalos de Poetisa. Hola, Krónidas, año nuevo, todo nuevo, y aquí va un regalo de otra amiga poetisa. Yo no sé cómo lo hago pero tengo poetisas por todas partes, sí, y poetisos también. Me encanta la verdad. El regalo es curioso, por eso os lo mando; una especie de recorrido por personas interesantes dentro del mundo de la literatura. Besos. Quirón ------------------------------------ -El calendario de Octavio Paz: "contra el agua, dias de fuego. Contra el fuego, dias de agua". -El consejo de Rainer Maria Rilke: "Hemos de aceptar nuestra existencia tan ampliamente como nos sea posible. Todo, tambien lo inaudito, ha de ser posible en ella. Esta es, en el fondo, la unica audacia que se nos pide: ser valientes ante lo mas extra~o, prodigioso e inexplicable que nos pueda suceder". -Las "aventuras infimas" de la memoria de Jorge Luis Borges para enfrentar la desdicha: "el sabor de una fruta, el sabor del agua, esa cara que un sue~o nos devuelve, los primeros jazmines de noviembre...Un libro que creiamos perdido, el olor de una biblioteca". -Evitar la tentacion de ser otros y emular a Mario Benedetti: "solo yo no quisiera ser otro, mejor dicho yo quisiera ser yo, pero un poco mejor". -Desterrar lo que Augusto Monterroso llama la "cultura lacustre, es decir, una cultura llena de lagunas". -La formula nerudiana de las palabras: "las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto...Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bru~ida, como carbon, como restos de naufragio, regalos de ola". FELIZ 1999 Saludos, Poetisa Editora de El Rincon de la Poesia y Literatura http://www.geocities.com/Paris/Metro/1250 _______________________________________________________________ From: José Biedma López Subject: MISTERIOS ORFICOS La música está hecha de tiempo, como el hombre, como la palabra. Unicamente existe en el momento en que se la ejecuta, en ese instante en que se la interpreta y se la escucha, entonces vive la música o media entre los vivos y sirve para comunicar almas. Nos afecta en ese momento que nunca es el mismo, con su valor espiritual e inmediato. El sentido de la música es esa genialidad abstracta que agrada al oído, que no puede ser dicha, que sólo puede ser representada mediante sonidos, mediante ritmos y significativos silencios, y que no necesita ni de la imagen ni del concepto, aunque los soporte a su lado. Todo lo que hay en nosotros: la pasión, la emoción, el sentimiento; todo lo que contiene nuestra mente: el miedo, la ternura, el coraje, la melancolía, la piedad; el niño que hay en mí, la mujer que hay en mí... todos los modos de ser de mi espíritu reclaman por amiga lo que el pensamiento lógico no puede dar ni contener: esa tonalidad que el alma reconoce como propia y que la reflexión mata. A lo absoluto del sentido y del sentimiento cabe acer-car-se, para gozarse en ello, por medio de esos estados eróticos superiores, líricos y místicos, en que puede sumergirnos la música, donde se hace posible el trato enigmático con aquellas fuerzas que se ocultan en eso que, impropiamente, llaman los poetas el "corazón": "lo que el amante oído solitario ha recogido, aislado en medio de la multitud, sin ser notado en su secreto escondrijo: lo que el ávido oído ha percibido, sin saciarse jamás, y el voraz oído ha guardado, sin sentirse jamás satisfecho... lo que el alma ha introducido en sus más finos tejidos...", eso transmite la forma armónica: acorde, ritmo, número tal vez, melodía, porque eso somos o aspiramos a ser en lo profundo. Mediante el lenguaje musical descubrimos nuestra afinidad con el hondo latido del mundo, con lo que sintieron otros hombres, en otras circunstancias, reconocemos lo que esencialmente nos une, más que lo que nos individualiza y distingue, y reaccionamos, nos relajamos, temblamos, nos emocionamos, nos entristecemos, igual que si uno se dispidiera para siempre de aquello de que debe separarse para no reencontrarlo nunca, ni en el tiempo ni en la eternidad; o nos alegramos por recuperar y sentir nuestra congenialidad con lo perdido, nuestra consonancia con lo deseado, repre-sentado como vivo y sensible en un instante... Todos lo infinitos matices de la sensualidad humana pueden sublimarse o definirse espiritualmente en el medio de ese gran discurso que recoge el pentagrama. Por eso tiene la música algo de demoníaco, puesto que busca la divina Belleza en lo sensible, y la codicia como un objeto absoluto, en medio de una existencia estética. De ahí -como explicó Kierkegaard-, que la música haya sido siempre objeto de la atención suspicaz del fervor religioso; "a mayor religiosidad menor importancia de la música y más valor a la palabra". Y es que el músico entra en competencia con el mago. El músico es un taumaturgo, pues también él obra milagros: lo que entendemos de la música es independiente de su soporte material y, sin embargo, lo que afecta al oído es puramente sensible siendo indefinible, es hijo de la materia y, no obstante, engendra espíritu, un ángel intermediario entre la carne y el cielo, pífano del rumor de lo perfecto, sombra de lo incondicionado. .../... _______________________________________________________________ From: [Carlos] Subject: [csn-wittgenstein] Gramática Filosófica. En concreto, en la versión publicada se ha omitido un interesante capítulo titulado «Filosofia». «Todo lo que puede hacer la filosofía», dice en él, «es destruir ídolos.» «Y», añade, en una estocada al Círculo de Viena, «eso no significa erigir otros nuevos... a partir de la "ausencia de ídolos".» Pone énfasis en que no es en la vida práctica donde encontramos los problemas filosóficos, sino cuando somos llevados a conclusiones erróneas por ciertas analogías del lenguaje al preguntar cosas como «¿Qué es el tiempo?» «¿Qué es un número?», etc. Estas preguntas son insolubles, no a causa de su profundidad, sino porque son absurdas: un mal uso del lenguaje. De este modo: "El verdadero descubrimiento es el que me hace capaz de dejar de hacer filosofía cuando yo quiero, el que da paz a la filosofía, de manera que ya no esté martirizada por preguntas que la ponen a ella misma en duda. En lugar de eso, ahora daremos a conocer un método que funcionará por medio de ejemplos; y la serie de ejemplos podrá interrumpirse en cualquier momento. Se solucionan los problemas (se eliminan las dificultades), no un solo problema... «¡Pero entonces jamás llegaremos al final de nuestro trabajo!» Naturalmente que no, porque no tiene fin." Esta concepción de la filosofía como una tarea de clarificación que no tiene fin, y cuyo principio es arbitrario, hace casi imposible imaginar que pueda escribirse un libro satisfactorio de filosofía. No hay que extrañarse pues de que Wittgenstein acostumbrara a citar con aprobación la sentencia de Schopenhauer de que un libro de filosofía, con principio y fin, es una especie de contradicción. Y no nos ha de sorprender que, tan pronto como hubo acabado el Gran Mecanoscrito, comenzara una dilatada revisión. La sección que menos revisó, sin embargo, era la que trataba de la filosofía de las matemáticas (de aquí la reproducción completa de esos capítulos en Gramática filosófica). Por desgracia, su trabajo en este campo no ha recibido la misma atención que sus observaciones sobre el lenguaje. No sólo el propio Wittgenstein veía su trabajo en matemáticas como su aportación más importante a la filosofía; en su obra es también notoria la manera en que su perspectiva filosófica difiere radicalmente de la de los filósofos profesionales del siglo xx. Es aquí donde podemos ver con más claridad la certeza de su convicción de estar trabajando contra la corriente principal que guía a la civilización moderna. Pues el objetivo hacia el que se dirigen sus observaciones no es una visión particular de las matemáticas defendida por este o aquel filósofo; se trata, por contra, de demoler una concepción de esa disciplina asumida casi universalmente por todos los matemáticos, y que, además, ha sido dominante a lo largo de toda nuestra cultura durante más de un siglo: la idea de que las matemáticas son una ciencia. «Las confusiones en estos asuntos», escribe en el Gran Mecanoscrito, «son, enteramente, el resultado de tratar a las matemáticas como una especie de ciencia natural.» "Y tal cosa se relaciona con el hecho de que las matemáticas se han separado de la ciencia natural; pues, mientras se estudien en relación inmediata con la física, está claro que eso no es una ciencia natural. (De manera parecida, no te equivocas al considerar una escoba como parte del mobiliario de una habitación, siempre y cuando la uses para barrer el suelo.)" La filosofía de las matemáticas de Wittgenstein no es una aportación al debate sobre los fundamentos del tema, en el que durante la primera mitad del siglo se enfrentaron los logicistas (conducidos por Frege y Russell), los formalistas (acaudillados por Hilbert) y los intuicionistas (encabezados por Brouwer y Weyl). Es, por contra, un intento de socavar toda la base de ese debate; de socavar la idea de que las matemáticas necesitan unos fundamentos. Todas las ramas de las matemáticas que estaban inspiradas por la búsqueda de esos «fundamentos» -teoría de grupos, teoría de pruebas, lógica cuantificadora, teoría de la función recursiva, etc.- las veía basadas en una confusión filosófica. De este modo: "La claridad filosófica tendrá el mismo efecto en el desarrollo de las matemáticas que la luz del sol en el crecimiento de los brotes de patata. (En un sótano oscuro tienen metros de longitud.)" Naturalmente, Wittgenstein sabía que, por lo que se refería a las matemáticas, y también por lo que se refería a la totalidad de su empresa filosófica, estaba arremetiendo contra molinos de viento. «Nada me parece menos probable», escribió, «que el hecho de que un científico o un matemático que me lea pueda verse seriamente influido por mi obra.» Si, como repetía con énfasis, no estaba escribiendo para filósofos profesionales, todavía menos escribía para matemáticos profesionales. - ** Carlos Salinas,desde Barcelona. _______________________________________________________________ From: "Manú" <144@arrakis.es> Subject: Génesis ( 60 ) Date: Sat, 2 Jan 1999 " El mundo moderno está desacralizado; por eso está en crisis. " ( Jung, 1165 ) Y no sólo en crisis, sino en hundimiento, extinción y sustitución. Porque sin sacralidad no puede existir ningún mundo, cualquiera que fuere el tipo y forma de sacralidad que adopte. Ningún mundo puede mantenerse si sus individuos ponen en discusión sus fundamentos metafísicos elementales, su misterio, sus indemostrables subyacentes que sostienen a los demás estratos. Cuando la Razón suplanta a la Realidad y la Ciencia suplanta a la Religión, el mundo implosiona, se derrumba hacia adentro de sí mismo, y se convierte en escombros sobre los que crece y se edifica un nuevo mundo más sacralizado. La Sacralidad no atiende a razones, sino a mitos. Y los mitos se convierten en Hechos, tangibles e incuestionables: Científicamente considerados, los dioses tal vez no existan, pero sus templos existen sin duda alguna. Y dondequiera que haya templos hay también algo más, tangible o intangible, pero, en todos los casos, incuestionable. La Sacralidad y el Descreimiento son dos Soberbias opuestas y enfrentadas. La Sacralidad desprecia a la Razón y a la hija Ciencia que la Razón ha parido en su vejez, y por su parte éstas desprecian a aquélla con igual despecho herido. Y es la suya una lucha feroz a vida o muerte. No hay que ser adivino para ver y darse cuenta de que la única posible vencedora en esta lucha es la Sacralidad. Porque no hay simetría entre Sacralidad y Descreimiento: El segundo siempre está y estará cercado y acosado por el Misterio Infinito, que siempre está y estará a favor de la Sacralidad a la que nutre en sus raíces más profundas. Por su parte, el tesoro de la Razón está encerrado en su mísero zurrón de mendiga donde va echando los mendrugos que rebusca en los cubos de basura de este mundo en ruinas. El zurrón se llama Ciencia. La Sacralidad se llama Divinidad. El sermón de la Ciencia senil imita en caricatura al dogmático sermón religioso vampíricamente joven de todos los viejos siglos, siempre dispuesto a recobrar su preeminencia en un mundo de leprosos incurables, a los que -naturalmente- tampoco la Ciencia puede curar. Pero la Fe Sacra tiene recursos y argumentos que conoce y emplea tal vez más por vieja que por fe; y en eso no es imitable. Hay no obstante una tercera vía -un sagrado tres- de la Sacralidad, que no es ni religiosa ni científica. Se trata de la Poesía evidentemente. De un modo de ver las mismas viejas cosas con ojos nuevos, de invadir a la vieja Sacralidad con la frescura de la sangre joven, ardiente y soñadora. Es Poesía, pero no es la poesía decrépita y quejumbrosa, -vil remedo prefigurado de La Que Había de Venir-, sino La Auténtica, la genuina, la incomparable, la Poesía de la Vida Real. Ante la Poesía Viviente... la Ciencia y la Religión huyen despavoridas, cegadas y heridas de muerte, como Dinosaurios de papel; la Ciencia por ser la reina del país de los cretinos, y la Religión por ser la reina del país de los ignorantes. M a n ú ____________________________________________________ NUEVA PAGINA DE ENLACES A NUESTRAS PAGINAS KRONIDAS CON LOS SEGUNDOS PARA EL COMIENZO DEL TERCER MILENIO http://www.kronos.org/bitacora/enlaceskronidas.html ____________________________________________________ EDICIONES ACTUALIZADAS Y ORDENADAS desde Noviembre97 http://www.kronos.org/bitacora/mes.pl http://www.kronos.org/ ftp://ftp.kronos.org/ ____________________________________________________ 1168 Sábado 2-1-99 Edición Matinal