C U A D E R N O D E B I T Á C O R A d e l C l u b d e A m i g o s K R O N O S l a N a v e d e l a F i l o s o f í a y l a C i e n c i a e l A r t e y l a P o e s í a e l H u m o r y e l M i s t e r i o S U M A R I O Jueves 18-12-97 Edición de Noche. ___________________________________________________________ bcasado@retevision.es___________Buenos Días, un abrazo. Anderson________________________ Clinton responde a Q * Q *______________________________El Paraíso de lo Vital Manú____________________________ Sobre los sueños Adrian Núñez Ferdmann_________ Adiós, Amazonas V/X ___________________________________________________________ X-Lotus-FromDomain: RETEVISION From: bcasado@retevision.es Subject: Buenos Das, un abrazo. Saludos a los aventureros. Jugosísima la edición nocturna del miercoles. Son tantas las cosas que se dicen, que es dificil hacer referencia a todas de una forma ordenada. pero veamos:Es cierto que se nos mueren las tradiciones, y que curiosamente las que perviven en la mayoría de los casos son las soportadas por los grandes aparatos comerciales. Pero esas son sus tradiciones. Las nuestras, las que nos son vivas, las que nos hablan de entornos familiares, gestos de afecto y/o amor,vinculaciones con la naturaleza, etc, etc, esas, se mantienen vivas porque son parte intrínseca de nuestro ejercicio de vida. La Navidad, ha de decir lo que nosotros queremos que diga, si nos apetece. Lo que diga el mas prestigioso centro comercial, es elaboración de trastienda. Coincido con Cristina, en que es bueno que se rompan algunas tradiciones, las estúpidas, aquellas que no te hacen sentirte vivo, las que juegan con una doble ética, las que manipulan, las que obligan de forma irracional. En otro orden de cosas, te diré, que el arte ha ido evolucionando, no siempre hacia extremos que nos agraden, y nos digan cosas, y que tambien es cierto que hay mucho embaucador con falsas pretensiones de artista. Por cierto Cristina, Bienvenida, y espero que todo suceda de manera que tu seas mas feliz. Es cierto Manu, que la busqueda es imprescindible. Dejar de buscar es morirse. Ingenuamente pensaba, que a medida que pasara el tiempo iría atesorando certezas, en cambio, el resultado es, que he atesorado dudas. Yo tambien es que soy un desastre, pero me gusta hablar con las mujeres y los hombres. CONVERSACION Me gusta hablar con las mujeres y los hombres, usar la boca terreno de pronuncia, decirte izquierdo del cielo, que la alegría es un árbol que son cien, que es tu calle tan antigua, que de los vasos se ha apoderado el vacío, y cambiar mi palabra por una tuya que elijas para llegar a la casa de mi oido. Darte verbos que te agraden y pronombres con dedo índice, jugar a repetir lo que sucede en mi frente, palabrear sin redondo de reloj. Me gusta la rotación roja del labio, su ala de diccionario al comenzar la boca, pública diciendo: me gusta hablar con las mujeres y los hombres. ________________________________________________________________ From: Anderson Subject: Clinton responde a Q From: Billy@Whitehouse.world To: Q / Kronos@line-pro.es Carta del Presidente a todos los krónidas Estimado pueblo krónida: Ha llegado a mis manos una carta virtual, al parecer enviada por un miembro de vuestra organización. En dicha carta se ataca abiertamente el american way of life y la universalmente aclamada demogracias americana. Quiero que sepan todos que, como presidente de la nación con más armamento y más número de mercenarios por metro cuadrado, pienso seguir consolidando el status político de libertades que abanderamos en todo el Universo. Pienso continuar ofreciendo sanidad gratuita, enseñanza gratuita, formación a todos los trabajadores gratuita y, en definitiva progreso y estabilidad a todos los americanos que tengan suficiente dinero para permitirselo. Pienso continuar interviniendo en todos aquellos lugares que precisen de medidas de pacificación (lo quieran o no) para terminar con sus guerras y sus problemas y, así, ofrecer el espejo de la economía americana a todos los que se arrepientan de sus funestas acciones. Asímismo, continuaré dando fondos a todos aquellos aliados (o no) que quieran defenderse por la causa que sea (si es por la democracia, incluso a fondo perdido). No es preciso que tengan petróleo, pagando en dólares es suficiente. Pienso erradicar la marginación social, la drogadicción y el vandalismo de las calles de este glorioso país, trasladando a todos los indeseables anti-demócratas a algún territorio, tal como Alaska (quizás negociemos algo con Mexico, pero está en proyecto). Pienso negociar con Cuba una salida al conflicto castrista, a fin de reconquistar sus libertades inalienables. A tal efecto, el próximo año, uno de nuestros mejores hombres se trasladará allí (Juan Pablo sabe lo que se hace) y, finalmente, Cuba será el estado 52 de la unión. (¿Eran 52 o ya me he perdido?). Y, para terminar mi manifiesto, quiero declarar que los EEUU son el paradigma de las libertades y la democracia del mundo mundial, pero que esta gran y condescendiente nación no consentirá que, individuos como el tal Q, que escribe tan abyecta misiva queden impunes a ojos de la Constitución de los EEUU. Por todo ello, exijo se le deniegue el derecho de entrada a todo el espacio que ocupa la Vía Láctea, con fecha de hoy, so pena de enfrentarse con la armada del Enterprise y los poderes auriculares del Comandante Spock. He dicho. Su próximo presidente a quien Dios guarde muchos años: Bill Clinton P.D.: ¿Me podrían ayudar a cambiarle el nombre a mi perrito? Me temo que Chelsea tiene tanta imaginación como un saco de cemento. _________________________________________________________________ From: * Q * Subject: El Paraíso de lo Vital Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa laaaaasssss bueeeeenaaaassss, Krónidas del Mundo Intermundial e Interplanetario: ( Y un retumbar tremendo de Tambores y Gongs Chinos resuenan en las paredes del Templo desde donde os escribo... TUM TOM TUM TOM TOM TUM TUM TUM TOM TOM... ) ¿Qué tal estáis, mis queridos Inmortales? Acabo de leerme todo lo leíble que tenía por leer. ¿? Je, vaya un lío. Bueno, pues me uno completamente a la bienvenida de Cristina Amor, que ha entrado fuerte fuerte, poniendo las diéresis sobre las letras que lo necesitan, y dejando un regusto la mar de majo para el ultrapensamiento, que es lo más sano que puede haber para la Mente. Por lo que me toca, te diría, Cristina, que por supuesto que existe el lugar que describo para la "Colonia 2002", sino no lo contaría. Además ni siquiera forma parte ya de la Imaginación, ha crecido tanto esa Imagen de Belleza Colosal, que ya no tiene sentido guardarse como Imagen aficionada a esconderse de la Realidad. El Corazón es muy grande, también el Espíritu (quien lo tenga), y esa Grandeza ha de exteriorizarse en lo más pragmático posible; que se pueda tocar, oír, degustar y oler, pero poquito, que la hiperestesia no es del todo buena. Yo quiero que los lugares que conforman la Tierra se conviertan en Paraísos Verdaderos, nada de "en nuestro interior" y ya está, eso es casi fácil, teniendo en cuenta por supuesto que la mayoría de la gente no tiene ni capacidad para pensar, así que no digamos para IMAGINAR o DESEAR lo que fuere. ¿Que es difícil tener a los caballitos de mar fuera de su ámbito? Psé, nadie ha dicho que vayan a salir de ningún sitio, están fuera y punto, como ahora sobrevuelan a nuestro alrededor gorriones y todo tipo de aves que en su modestia, son mágicos y nos hacen ver la vida de diferente manera, más Vida, tal y como lo cuenta nuestra Maga y Sabia Elia4, que creo que todas las Aves del Paraíso van en su búsqueda para que puedan salir en sus Majestuosos Escritos. El Paraíso de lo Vital se me hace cada día que pasa más Real, y eso ocurre gracias a Vosotros, a vuestros escritos, a vuestros pensamientos, y eso nos tiene que hacer sentirnos cada día más Grandes, más Poderosos, más Nosotros mismos, más... Dioses. Comparto la idea de Manú de ser un Dios como la copa de un pino, je je, es que es Glorioso. ¿Qué nos puede impedir ser Dioses? ¿Qué nos puede impedir hacernos nuestros Templos y lugares Sagrados? NADIE NI NADA, sólo con el deseo es conseguible. Es después de este pensamiento cuando pongo a continuación una de las frases que Cristina escribe en su artículo de la Edición de ésta Mañana: >Los recursos de toda la humanidad en conjunto son inimaginables. ¿De toda la humanidad? Así dicho de corrido y de repente te digo, Cristina, que ni en sueños, que ni viendo chiribitas en las aceras de las calles. La humanidad en principio, como conjunto masificado de cuerpos cárnicos y viscerales no tiene recursos más que el de la destrucción, (de sí mismos) y sino obsérvense comportamientos. La humanidad en seguido y como he dicho antes, no tiene ni idea de lo que puede ser la imaginación a no ser que haya por medio cuerpos y cosas por el estilo. La humanidad no tiene ningún poder sobre nada, ni si quiera el de destrucción de la Tierra, para eso habría que ser inteligente, y la inteligencia también falta en sus estructuras corporales. Yo es que no creo en la humanidad en absoluto, y no es una crítica por criticar, me baso en hechos. Otro día seguimos con el tema. Saludos de colores para todos. " Q " _______________________________________________________________ From: "Manú" <144@arrakis.es> Subject: Sobre los sueños Mis queridos Luisa y demás Krónidas : En una ocasión -y tras resistirme durante muchos meses- accedí a la invitación (o más bien al requerimiento) de un amigo mío médico psiquiatra para someterme a una sesión de LSD, asistido por él mismo y por una enfermera. Lo que se trataba de averiguar era si mi "capacidad imaginativa" que parecía estar presente en mis ideas sobre metafísica y psicología y en mi curiosa capacidad de "ver" la Música en colores eran una actividad normal, o una actividad de algún modo artificializada. Así que con mucho tiempo de antelación preparamos la jornada, y a las nueve de la mañana estaba yo en su consulta y dispuesto a todo. Me dieron doce pastillas, -pequeñitas pero doce-, pusieron música y me tendí en un sofá. E inmediatamente empezó a persuadirme con una voz grave y monótona y en tono alfa de que al cabo de veinte minutos yo me iba a morir desintegrado. Y como yo soy persona condescendiente accedí a morirme -desintegrado o como fuera- porque debo estar ya muy acostumbrado a eso de morirme y porque a mí me da igual estar vivo que muerto, ya que yo soy siempre el mismo en todas las circunstancias. A los veinte minutos pues debí morirme, y sobre todo debí reencarnar, porque un globo de cristal que había en el techo a guisa de lámpara se convirtió en un pezón del pecho de mi madre y empecé a chupar hasta saciarme -porque estaba en ayunas-. Un ratillo después crecí, y tenía como cuatro o cinco años, y deambulé por el salón que parecía un paisaje geométrico. Una lámpara proyectaba un círculo en el suelo y me senté al lado de ese círculo. Metí mis manillas en ese espacio y se formó una bruma blanca. Modelé con mis manos la bruma como si fuera plastilina y surgieron bambis y leoncitos y elefantitos correteando por un paisaje de juguete. Así fue como creé a este mundo; pero enseguida me aburrí y me levanté y empecé a bailar y me enrollé con la enfermera para que me acompañara en el baile. Luego fuí adulto y me senté en el suelo y me enfrasqué en pensamientos serios. Entonces me ví dentro del Infierno, y al pronto sentí como miedo. Pero observé atentamente a mi alrededor y hacia arriba. . . y me dí cuenta de que donde estaba era dentro de un cuadro del Bosco llamado El Infierno: O sea, que el Infierno era de cartón piedra : Así que solté una carcajada. Entonces supe que allá en el fondo, detrás de los monstruos articulados y de los tormentos de guardarropía estaba La Puerta del Cielo. Era un pasillo cuadrado formado por cristales luminosos de colores, y yo avanzaba al ritmo de la música. De trecho en trecho el pasillo estaba cortado por una pared de igual formato, pero yo seguía avanzando y tal pared se deshacía en triángulos de corredera y dejaban el paso libre. Así fue como entré en El Empíreo, que es un lugar de amplias estancias con grandes pedestales -sin estatuas encima- adosados a la pared. Por eso supe que los Dioses se habían ido a la Tierra. Deambulé por varios sitios, bajé a los Jardines de la Noche, que como su propio nombre indica fosforecen y brillan en la oscuridad; entré en la Cúpula del Destino, que es una semiesfera de cristal donde se registra en formas geométricas y en colores todo lo que está sucediendo en los Universos. Por cierto que allí hay un punto central con una columna blanca cuadrada como de un metro con una bola de cristal encima. Y como quien conoce bien un lugar fuí delante de unas grandes puertas de oro cubiertas de emblemas en bajorrelieves. Las puertas se abrieron hacia adentro y entré. El salón del trono de la meditación es redondo y altísimo, y las paredes y el techo son de plumas o pétalos o alas, rojos en el centro y oro estriado en las orillas, que ondean blandamente y exprimen luz. O sea, que ese lugar está Vivo y es algo Orgánico. Subí los peldaños del trono y me senté. Me dí cuenta como es lógico de que estaba en el centro hueco de una inmensa rueda cuyos radios y periferia son los Universos que van girando. No sé lo que comprendí pero debí comprender algo, porque bajé lentamente y salí del salón cuyas puertas volvieron a abrirse. Una vez fuera me fuí acercando a una pared brumosa y en un momento dado salté Afuera como alma que lleva el diablo. Y empecé a despertar. El médico y la enfermera tenían cabezas de cocodrilos. Después ya no, sino que fueron tomando aspecto humano corriente y normal. Vale, eso fue un sueño inducido por LSD, pero yo sabía que adonde había viajado era adentro de mi propia alma; y también sé que lo que allí ví no eran significados ni traducciones de la vida ordinaria, sino cosas realmente existentes en un lugar psíquico Transpersonal y compartible por cuantos quieran ir a visitarlo. Lo que allí experimenté y percibí me ha marcado para el resto de mi vida, y sigo en ello. Eso es todo. Un beso y un abrazo. Manú _________________________________________________________________ From: Adrian Núñez Ferdmann Subject: CUENTO: Adiós, Amazonas V/X Cuando el barco se detuvo, a las nueve de la noche, nos estaban llamando para una excursión nocturna. Por estribor descendía un pequeño bote de metal hacia el río. Ramírez pedía que bajemos a la lancha ordenadamente. Me acerqué hacia él y vi que ya estaban casi todos los pasajeros ahí dentro. Pude distinguir a Yorch en la parte posterior controlando el motor externo. Me senté en el primer espacio libre que encontré. Estaba junto a los estudiantes en la parte delantera. Miré hacia atrás y encontré a la uruguaya que apuntaba a la orilla opuesta del río con una potente linterna. La nave arrancó. Mientras Ramírez hablaba en inglés y en español, Yorch nos dirigía por unos canales estrechos, entradas del río en medio de las plantas y de trozos de arena. El cielo estaba totalmente despejado y la luna alumbraba bastante bien. Yorch apagó el motor y dejó a la embarcación viajar sola, dirigida por las suaves corrientes de agua. Ramírez pidió silencio y sólo se escuchaban los insectos, el ruido del agua en el barquichuelo y los borborigmos del jovencito que estaba a mi lado. Luego encendió una linterna y alumbró hacia la orilla como buscando algo. Lo encontró. Eran dos puntos de luz naranja, los ojos de un cocodrilo que reflejan la luz de la linterna. En ese momento casi todos encendimos nuestras linternas y nos pusimos a buscar cocodrilos. Estaban por todas partes. Los cocodrilos se atontan cuando se les alumbra a los ojos, así que todos alumbramos a uno pequeño, mientras Yorch dirigía el bote hacia el animalito con un palo. Yorch lo agarró y se lo dio a uno de los estudiantes. Era precioso. Pude tocar su piel, era muy áspera y fría. Si alumbrábamos al agua saltaban cientos de peces que confundían nuestras linternas con en sol. Muchos saltaban hacia nosotros y teníamos que mandarlos de regreso al agua. Alguien tomó una foto con flash: veinte niños viejos jugando a capturar peces resbaladizos en el piso de un barquito de metal. Un poco después todo se tranquilizó. Las luciérnagas parpadeaban en un vuelo lascivo. El sonido de la vida era muy fuerte. El chico del costado seguía jugando con el cocodrilo de cuarenta centímetros. Por un portal de arbustos entramos a un pequeño lago, donde el bote se detuvo por unos minutos. Los turistas se pusieron a conversar a bajo volumen. La luz celeste de la luna sobre el horizonte de árboles lejanos daba una impresión de escenografía de teatro. De un jalón de soguilla, Yorch arrancó el motor. El ruido de la máquina y el movimiento del agua terminaron por desintegrar toda la paz de este lugar. En el regreso los chicos soltaron al cocodrilo con un poco de pena. El motor hizo que las voces aumentaran de intensidad y la lancha parecía espantar a todo lo que estuviera cerca. Al llegar al barco esperé a que todos los demás subieran. La uruguaya parecía hacer lo mismo, así que fuimos los dos últimos en transbordar. Subí primero. La sujeté del brazo. Sonrisas mutuas. Mirada. Hormigueo. Ni una sola palabra en lo que duró todo el camino hasta la terraza. Nadie por aquí y nada por decir. Me clavó su mirada como un arpón. Sus labios buscaban a los míos. Nos besamos con fuerza, nos amamos, nos abrazamos con fuerza, nos soñamos. Estaba empapado de felicidad. Pinté en mi mente un cuadro: un barco detenido en el Amazonas a lo lejos, en la noche, bajo la luz de una luna que sonríe, y sobre el barco, en la terraza, a trazo grueso, dos amantes abrazados sin rostro, sin color, pero muy expresivos. -¿Cómo te llamas? -Lucía. ¿Y vos? -Andrés. -¿En qué pensás? -Pienso en un cuadro. -¿Sos pintor? -A veces. Hablamos aceleradamente de nuestras vidas. Ella, como ya me había contado el andaluz, había venido a la selva del Perú por un mes. Después de este viaje partiría de regreso a Punta Ballena, donde vivía sola desde hacía medio año. Antes vivía con su hermana menor, pero ésta se había casado y había emigrado hacia Montevideo. Luego de un matrimonio infructuoso de un año, había enviudado. Su padre, que simpatizaba con el partido colorado, había sido asesinado por los tupamaros. Él era viudo desde que Lucía tenía seis años. Lucía era arquitecta. Diseñaba casas para los millonarios que iban a pasar el verano a Punta del Este. Construyó uno que otro edificio en Montevideo y algunas casitas en Punta Ballena. Leía a los grandes escritores de toda época y de todo el mundo, por lo que no me animé a decirle que yo también escribía. Con la música no era muy exigente. Pero, sin saberlo, tenía un gusto refinadísimo. Cuando se enteró de que tenía el Adagio de Albinoni en mi habitación no quiso esperar un minuto más para escucharlo. En el camino hacia mi cuarto, pasamos por el suyo y sacó un pequeño radio estéreo. Llegamos a mi dormitorio. Encontré el Adagio y lo coloqué inmediatamente. Nos besamos. El vino blanco, que todavía estaba junto a la salida del aire acondicionado, se abrió casi automáticamente. Lo tomamos de pico, como se debe tomar, según mi criterio, todo vino que viene en botella transparente. ¡Qué habría sido de Albinoni sin el Adagio, qué habría sido del Adagio sin Giazotto, y qué habría sido de mí sin estos tres! El ir y venir de los violines nos iba envolviendo en un manto voluptuoso. El vino se terminó antes que la música. Sudábamos tanto que las ropas se disolvieron sin que nos diéramos cuenta. La agitación era incomprensible, el aire tibio, la habitación diminuta, la calma lejana. Miradas de arpón. Hormigueos constantes. Black Jack no, treinta y seis no, escalera real no, lotería, premio mayor. Durante tres horas el amor se nos escapaba por los poros, por la boca y por las lágrimas. Los manotazos sonaron en mi puerta a las seis de la mañana. La insistencia de los "¡Levántese!" logró que despegara un ojo. Ahí la vi, entre mis brazos, un poco por debajo de mí. Dormía con la boca abierta. Su expresión era pacífica y segura. Sus ojos estaban a la altura de mi cuello y su cabello andaba todo alborotado: la imagen más bella que vi en todo el viaje. Quise despertarla con unas palabras en el oído, pero esto no funcionaba. Así que deslicé mis dedos por su cabeza y le di un enorme beso en su boca abierta. Esto funcionó de inmediato. Escuché de nuevo esa voz lenitiva. Me dijo buen día con una sonrisa en todo el rostro. En el comedor no nos dijimos nada. Sólo cosas como más café, tenés un bigote de leche, estás despeinada, estás ojeroso, pásame la mantequilla. Me pareció que algo o alguien faltaba en el comedor. (Continuará 5/10) Adrian Núñez Ferdmann ________________________________________________________________________