C U A D E R N O D E B I T Á C O R A d e l C l u b d e A m i g o s K R O N O S l a N a v e d e l a F i l o s o f í a y l a C i e n c i a e l A r t e y l a P o e s í a e l H u m o r y e l M i s t e r i o S U M A R I O Martes 13-1-98 Edición de Noche ___________________________________________________________ Elia 4_________________________________Encuentro psíquico. quetzal@pop.newage.com.ar_____A Ana Maria de Montreal Manú__________________________________________Carpe diem ___________________________________________________________ From: "Elia 4" <7soles@arrakis.es> Subject: Encuentro psíquico. Sincrónicos saludos y espaciales recintos simultáneos compartidos para todos los krónidas. La Bitácora de la Tarde ya llegaba. ¡ Humm !. No tengo mucho tiempo. ¡ Bueno !, le echaré un vistazo rápido, y luego ya la leeré con tranquilidad. . . Iboggio ( Luisa ) habla "desde el Jardín". . .¿ Será el Jardín de los Mundos de " Q " ?. Elia4, o sea, yo. . .visita el estudio de un pintor de almas, que se enamora de ellas. Y el personaje de Manú ( Jorge ) contemplando el retrato de un antepasado, atraviesa un espacio físico para llegar a otro espacio donde, - entre otras cosas -, hay un jardín; tal vez el mismo que la realidad de Luisa pone en el título de su mensaje. No entiendo bien lo que dice Luisa, acerca de que " No puede existir una psique geográfica ". Pero tiene mucha razón cuando habla de la confusión que provocan las palabras, pues depende de lo que entienda nuestro interlocutor y de lo que nosotros entendamos de sus palabras, el que pueda haber una comunicación correcta. Yo creo que si existe una Psique geográfica o Mundo Mental que es habitado por los psiquismos, y que existen caminos, direcciones, espacios y recintos de muy diversas índoles; lo que no sé es, si a esto es a lo que Luisa denomina dimensión, o que cosa es una dimensión, ( aunque suelo utilizar esa palabra ). Cuando se utiliza sin adjetivos, no se si se refiere a algo físico, psíquico o espiritual, o a un volumen, medida o espacio. Ayer me dispuse a realizar un deseo que llevaba tiempo sin ver cumplido: Contemplar los cuadros de Velazquez, por millonésima vez. Los he mirado tantas veces que mi archivo mental los reproduce hasta con la más ligera y sutil sombra y color; pero no hay que fiarse mucho de la técnica psíquica, pues tiende a tener ciertos escapes y transformaciones de la información contenida, por lo que convienen de vez en cuando renovar datos. ( no se si habréis notado que va de cuento ). Unas horas libres; ¡ por fin !. El día resplandecía radiante y soleado; hubiera sido un crimen encerrarse en subterráneos transportes o desperdiciar ese bello momento en una rápida llegada; así que, me dispuse a pasear. La gente, - como siempre -, iba deprisa, como si la vida fuera por delante y ellos detrás, intentando atraparla. El azul del cielo encogía el alma de emoción, y la luz que resplandecía en las plantas que adornaban calles, balcones y ventanas, hacía detener el paso para extasiarse con su vista; aunque existía el riesgo de ser arrastrado por algunos de los que corren detrás de su vida. . . ¡ Ciegos !. Sentí deseos de gritar. . .¡ Quietos !. ¡ Deteneos a observar esta maravilla !. ¿ No os llena de alegría el alma esta sublime luz ?. ¿ Por qué recorréis vuestro camino sin mirar, si la felicidad está cayendo a raudales del cielo ?. No; esas cosas no se les puede decir, no las entienden. Velázquez si lo entendió perfectamente, por eso retrató el aire, y la luz y la distancia, y el halo invisible de un profundo espacio que habla y nos cuenta cosas. Una chica caminaba delante tranquilamente, se detuvo a contemplar los bellos adornos de un edificio de principios de siglo. Siempre hay escepciones, - pensé -, no todo el mundo va ciego por la vida. Llegué a la preciosa plaza que se halla a mitad de camino del museo. Las palomas se arremolinaban alrededor de una viejecilla que les iba vaciando una bolsa de comida poco a poco. La estatua que presidía la plaza contemplaba la escena; la estatua y. . .la chica que unos momentos antes miraba el edificio llegaba a la plaza y se puso a observar los vuelos, revoloteos y empujones de las aves alrededor de la anciana, un momento, y luego se fué. El edificio del museo es realmente una maravilla, una obra de arte en si mismo, no como otros modernos en los que se transparentan las bigas de hierro, los conductos del aire, y las tuberías de agua. ¿ Habría mucha gente esperando para entrar ?. No, ¡ que bien !; sólo cinco personas. Bueno; - que bien, no -. Eso demuestra el poco amor al arte que existe; y eso que la entrada es gratis. . . ¡ Andááá !. Pero si está ahí la misma chica de antes; ya sólo falta que encima vaya también a la sala de Velázquez. Y. . . ¡ como nó !; allí estaba: Con la mirada fija en el fondo del cuadro, "Las Hilanderas". - Hola -; me decidí a abordarla porque aquello ya me parecía rarísimo. Dijo "hola" también y me miró con un poco de impaciencia por haber interrumpido su contemplación del cuadro. Perdona, a mi también me encanta Velázquez; y es que. . .me ha extrañado verte varias veces y he pensado que quizás vivamos cerca. - No lo creo -. Dijo. Yo no estoy aquí, y tú tampoco. Me sentí descubierta y quedé espectante antes de quitar los ojos de la lámina de la enciclopedia y dirigirlos al espacio aéreo de la habitación. Pronto sería la hora de cenar, pero todavía disponía de cinco minutos para hablar con ella. ¿ Quién eres ?. ¿ Dónde estás ?. Soy un psiquismo, - como tú -. Contestó. Debemos haber seguido la misma dirección, buscando llegar al mismo sitio, y nos hemos encontrado. Entonces. . . Pensé. Tu eres un psiquismo consciente con el que he coincidido en el mismo espacio mental. - Pues si, lo mismo te digo -. Contestó la chica, mirando ahora "La fragua de Vulcano". Y dijo: - Estoy en clase de historia del arte y ya se está acabando, ésta es la última diapositiva -. Escuché una voz: ¡ Está la cena !. - Me llamaban -. Que extraño, me pareció escuchar de fondo, un timbre como el que señala la salida de un aula. ........................................................ Mensaje para Luisa: Me parece muy interesante hablar de la simbología del ojo dentro del triángulo, pero de una manera extensa. Puede ser buen tema para " Los Misterios del Pasado " del próximo sábado, Y merece un pequeño estudio ese " Ojo del Cielo " u " Ojo Divino ", que se encuentra en todas las culturas anteriores al cristianismo, y por supuesto en él también. Saludos Psicoespaciales a todos. Elia4 ==== ________________________________________________________________ From: quetzal@pop.newage.com.ar Subject: A Ana Maria de Montreal > Date: Tue, 13 Jan 1998 19:22:49 +0100 > Martes 13-1-98 Edición de Tarde > Ana Maria Seifert________Martes en Montreal, bajo el hielo Querida compañera de Kronos: Por lo general yo tambien leo , a las apuradas los textos del club y algunos me llaman mas la atencion y me detengo... El tuyo me transporto a Montreal...Yo la sudamericana.. que cuando se inundan las calles por una lluvia repentina , todos culpanos al gobierno por corruptos. etc.etc que hacen los canadienses ? se callan y no protestan.?? Por lo general las protestas caen en saco roto, tanto aqui como alli quizas. Ademas del drama de la situacion , quiero decirte dos cositas: 1) que estuvo muy bien redactada y me prendi al texto viendo tu descripcion. 2) Me alegro muchisimo, que la unica persona que conozco que vive en MOntreal haya salido viva de todo este desastre y puedas conectarte con el exterior para contarlo. En fin... uno siempre piensa primero en los amigos. .. Un abrazo Ana Maria de Lydia de Buenos Aires Argentina. quetzal@newage.com.ar ________________________________________________________________ From: "Manú" <144@arrakis.es> Subject: Carpe diem C a r p e d i e m "Aprovecha el día de hoy", que es lo que significa la locución latina que da título a este cuento, ha sido un consejo recurrente a lo largo de más de dos milenios para incitar al oyente o al lector a aprovechar placenteramente los días de su efímera juventud, -pero ése es el sentido más banal y menos interesante de este adagio-. Y es que hay cosas mucho más rentables y más importantes que aprovechar en cada día de hoy, desde el primer momento en que uno comienza a tener uso de razón y a hacerse responsable de su propia vida. Tendría Angelito no más de nueve o diez años cuando tuvo su primer enfrentamiento con su director espiritual en el colegio de curas en donde estudiaba. "Prefiero tener que arrepentirme a tener que lamentarlo" explicó al severo anciano. "¿Y cómo distingues tú esos dos verbos?" replicó a su vez el viejo jesuíta al filosófico alumno arrodillado en el confesionario. "Se arrepiente uno cuando ha hecho algo malo; y lo lamenta cuando no ha hecho algo que podía ser bueno". Fueron pasando los días y los meses y los años y aquella norma de conducta fue una de las muletillas de Angelito, después convertido en Angel, y después convertido en Don Angel. Naturalmente tuvo que arrepentirse de innumerables acciones por no haberlas querido lamentar en su momento; pero así y todo, el balance era positivo. Angelito y Angel y Don Angel fueron un buscador incansable de fascinaciones y misterios. Él distinguía lo que es una "fascinación" de lo que es un verdadero "misterio" en el componente emocional del asunto. Las fascinaciones gustan y dan un pelín de escalofrío, mientras que los misterios son como el clishé del negativo de la misma foto. Así que cuando alguien le propuso meterse a hacer magia no lo dudó ni un momento. En el colegio se decía que los malvados satánicos trabajan con hostias consagradas conseguidas por viejas que van a comulgar y se la sacan de la boca y las guardan en un pañuelo, pero él no se creía que eso pudiera funcionar, porque una hostia ensalivada pierde su principal componente, que es su espiritualidad mágica. Tampoco vale una hostia robada directamente del copón, porque se la está sacando de su contexto. Con el agua bendita pasa tres cuartos de lo mismo: Angelito no se creyó nunca que sirva para espantar vampiros. Ni los crucifijos tampoco; -(a menos que los vampiros les tengan asco porque les recuerde a la muerte)-. Así que después de darle muchas vueltas a lo que la mayoría de las personas entienden por "magia", Angelito, Angel y Don Angel, optaron por investigar en profundidad el tema sin cortapisas ni prejuicios. Si tuviéramos que hacer la relación nominal de los supuestos magos y brujos que visitaron A., A. y D.A., no tendríamos sitio para más en este libro; por lo que vamos a omitirla. Pero un día muy concreto le ocurrió un encuentro casual y momentáneo totalmente trascendental; duró unos tres o cuatro minutos: Fue su encuentro con el Sol: Fue un 21 de marzo hacia la una y veintidós -hora oficial- del medio día. Angel había viajado a un pueblo de la sierra para pasar sus vacaciones de semana santa, y a aquella hora estaba paseando por un bosque a modo de parque que había en los alrededores del pueblo. Encontró una fuente construída rodeada de cuatro bancos de mampostería y se sentó. Desde allí divisó entre los árboles una especie de basamento de un inexistente edificio del que quedaban dos escalinatas simétricas. Se levantó y fué hacia allí. Se acerco; lo rodeó; subió por una escalera a una plataforma rectangular rodeada por un banco corrido a excepción de por dos huecos para el final de las escaleras. Bajo y anduvo observando: Allí había algo sumamente extraño que no acertaba a definir. Observó atentamente las cuatro paredes de la construcción, incluso pasando su mano al tacto. Observó también los escalones y sus gruesos muretes a modo de pasamanos. Sentía en las sienes los latidos de su corazón espectante y una levísima presión obsesiva en el centro de su frente. Estaba completamente seguro de que allí había algo totalmente extraño e inusual, pero no encontraba nada que revelara qué. Hasta que de súbito lo comprendió: No era que allí "hubiera algo", sino que allí "faltaba algo que debía estar": LA SOMBRA. Efectivamente, no había ni un milímetro de sombra en toda la construcción, ni en sus paredes ni en el suelo al pie de las paredes. Miró su reloj de pulsera, -era la una y veintidós, hora oficial del medio día en el meridiano del lugar, un día 21 de marzo-. Aquel fenómeno no volvería a repetirse hasta seis meses después, y era muy improbable que alguien pasara casualmente por allí durante los tres o cuatro minutos en que era observable. Se dirigió adonde vivía el cronista de la villa, que era también médico del pueblo, y le contó su hallazgo. "El sitio que usted ha visto se llama "El Merendero", y lo único que sé de él es que fue restaurado en 1.906, por algunos desconchones que tenía en el revestimiento de mortero y algunas erosiones producidas por la intemperie en su estructura de piedras. Lo que sí hay por allí muy interesante es un círculo de dólmenes en las montañas, que tienen al "Merendero" exactamente en su centro". Aquella noche Angel volvió al lugar. Era plenilunio. Se sentó, frente a la Luna, en el banco corrido que coronaba a la construcción, y esperó a apasionarse. El viento a través del bosque parecía susurrar una ancestral canción musitada por millares de gargantas. Imaginó que todo el valle estaba ocupado por una multitud sentada en el suelo. En un momento dado sintió que una fuerza interior le puso en pie y le obligó a alzar los brazos, y sus pies iniciaron la danza griega del sirtaki. Fue con esta danza con lo que adoró a la Luna y al Sol Ausente. Fue su primer rito verdaderamente mágico, del que no se arrepintió jamás. M a n ú http://www.line-pro.es/kronos/manu/libro.html _______________________________________________________________