C U A D E R N O D E B I T Á C O R A d e l C l u b d e A m i g o s K R O N O S l a N a v e d e l a F i l o s o f í a y l a C i e n c i a e l A r t e y l a P o e s í a e l H u m o r y e l M i s t e r i o S U M A R I O Jueves 18-12-97 Edición de Tarde. ___________________________________________________________________________ Bolivar Balcacer__________________Re: Miercoles 17-12-97 Edicion Matinal. Elia 4_____________________________" LOS JOVIALES JUEVES " Manú_____________________________Más sobre Gestales Adrian Núñez Ferdmann__________Adiós, Amazonas IV/X ___________________________________________________________________________ From: bolivar@cdiusa.com (Bolivar Balcacer) Subject: Re: Miercoles 17-12-97 Edicion Matinal. Organization: CDI NETWORK (New York City) TESTAMENTO Póngase el cuerpo inerme sobre la leña. Préndase fuego y avívese la llama. Espérese que el humo se disipe. Allí, en mi cama de cenizas blancas estará mi presencia transeunte. Tómense los grises polvos de mis huesos en una caja chica. En una caja donde quepa un bostezo o un reflejo para llevar mi sino trashumado. Doy mi autorización para el reparto universal de todos mis despojos. Dos gramos de ceniza a Puerto Plata en la cumbre del monte espolvoreados. Y otros dos enterrados bajo el tronco de un olivo de Sión, testigo antiguo de agónicas plegarias sudorosas. Y el resto, sin medida, al oceano. Al mar, a su brisa y a su ola en corriente que toque continentes y diluya mis fibras anteriores. 8/10/94 En IBSJ Totalmente desnudo y desarmado trayendo desgarbada mi alma mustia te ofrezco el holocausto de mi angustia ofrenda de mi amor desesperado. Nada valgo, Señor, se me ha vaciado de orgullo y pretensión mi carne sucia. No confío en mi suerte ni en mi astucia y me siento perdido y desahuciado. Así te busco ahora, sólo espero, desvalido, sangrante, sin aliento en medio de mi llanto lastimero que tu gracia me quite este tormento y en vez de este vacío que ahora siento me llenes con un gozo verdadero. 16/1/94 Inmerso en lo absurdo: oro. La amiba dialogando con los montes. La hormiga disputando con el sol. La gota de agua se entontece esperando el sentido de las olas. Y del mar, la dirección. Busco en el pajar del alma la aguja santa y entre nubes de silencio su voz. Dialogo con la luz desde lo oscuro. Pido sabiendo mi petición sabida antes que la pensara. Pero oro en esta pretensiosa alocución al infinito. Lanzo mi discurso al horizonte sideral, sintiendo que el destino está debajo de mi piel. ¡Oh que me escuches más allá del monte de mis vacilaciones! ¡Oh que te alcance la arena diminuta de mi fe! IBSJ 17/12/95 9:15 a.m. ________________________________________________________________ From: "Elia 4" <7soles@arrakis.es> Subject: " " LOS JOVIALES JUEVES " ". ( "La Casa Encantada" ) "" LOS JOVIALES JUEVES "" " La Casa Encantada ". 2ª Visita. El Resplandor enmarcaba el pórtico de la mansión como un gigantesco diamante irisado. - Es el Pájaro de Fuego - Dijo una profunda y grave voz, procedente del majestuoso Espíritu de la Montaña del Estanque. - ¡ Claro ! -. Contesté. ¡ Sólo su Espíritu puede haber creado un lugar así !. Por cierto, ¿ Cómo te llamas, bello ser; parece que tu cuerpo de roca y la extensa capa de agua llena de maravillas que de ti salen fuerais uno ?. - Y lo somos -. Yo soy Río, que nace en la piedra y baña de vida la tierra, pero me extraña que no me recuerdes, siendo tantas las veces que te miraste en mis aguas tiempo ha. Me resultas familiar pero, como de hace mucho, mucho tiempo . . . . . . . ¿ No serás el Nilo, por casualidad ?. ¡¡¡¡ Premio !!!!. Dijo el Espíritu del Nilo echándose a reir, con risa de roca, limo y agua de cristal. Detrás de él surgieron cuatro ninfas vestidas de blanco, que se sumergieron en el agua cantando y jugando a alcanzarse unas a otras con alegres risas. - Son mis cuidadoras y guardianas -. Dijo Nilo, terminé harto de cocodrilos, hipopótamos y otros bichos. Su presencia hace que no puedan habitar mis aguas mas que los bellos seres llenos de armonía. Por cierto, hablando de armonía. Sube la escalinata y cruza la verja por la que crece la hiedra. . . te espera una sorpresa. Entusiasmada, eché a correr por la blanca avenida y subí las escalinatas, a un lado, detrás de la verja se escuchaba música, que se interrumpió de repente al darme de bruces con Apolo y Hathor. Hathor se echó a reir divertida al ver mi expresión de asombro, se levantó de su sillón neoegipcio, dejó apoyada en él la flauta doble que estaba tocando y me abrazó cariñosamente. Alrededor de ellos se esparcían todo tipo de instrumentos musicales. ¡ Apolo y Hathor !. ¡ La armonía luminosa !. ¡ Que alegría ! - La alegría es compartida -. Contestó Apolo, jugueteando con las cuerdas de una pequeña y extraña guitarra de caparazón de tortuga. Estamos creando nuevas armonías musicales. Hathor marca el sentimiento adecuado y yo le doy el orden perfecto a la estructura musical. Es nuestra ocupación preferida. ¿ Te gusta la Música ?. Me encanta.-Contesté-. Pero. . . os he interrumpido. - Nada de eso, no te preocupes -. Contestó Hathor. Estábamos comprobando sonidos. Apolo quiere convencerme de que los mejores son los clásicos, pero yo creo que no transmiten todas las emociones y que la creación electrónica de sonidos-sentimiento tiene menos limitaciones. - Un momento querida -. Interrumpió Apolo. Yo creo que ya hemos llegado a un acuerdo. Utilizar el que refleje mejor lo que queremos, sea de la época que sea; que para algo estamos donde estamos. - Si, Apolo, mi vida -. Dijo Hathor dulcemente. Pero reconoce que cuando elegimos, por ejemplo, el sonido de un violín, tu prefieres el que sale del instrumento que tiene ese nombre. - La perfección es la perfección -. Contestó Apolo lanzándole una sonrisa y un travieso guiño a la Diosa del Amor. Desde donde nos encontrábamos, se divisaba una gran galería de columnas marmóreas, que recorría un lado de la mansión, perdiéndose en una masa boscosa. Hathor sonrió, al comtemplar mi mirada de curiosidad. ¿ Te gustaría ver el bosque encantado ?. Apolo y yo vamos a trabajar musicalmente sobre el sentimiento que nos has traído. Escucha. Tomaron sendos instrumentos y comenzaron a tocar. Las notas formaban remolinos en el aire, y algunas eran como fogonazos de sonido que estallaban de fuerza, rompiéndose en colores y brisa, y viento que iba condensando una imagen en el espacio parecida a un aéreo y traslúcido fuego. Reconocí al espíritu del entusiasmo, que danzando se introducía en la galería de columnas en dirección hacia el bosque encantado. ¡ Hasta luego !. Dije precipitadamente y corrí danzando tras él, hasta descubrir el brillo de una armadura y una lanza entre los árboles, que era eclipsado por el de unos claros ojos, inconfundibles, aún enmarcados por un casco griego. Atenea, la de las claras pupilas, sonreía a lo lejos. .................................... Fin de la 2º visita. PD. Felino, estaré encantada de recibir tu información sobre guiños y múltiples delirios. Y a Cristina, que no te voy a dejar tranquila preguntándote cosas; veo que de Mitología sabes un montón. Un besazo, me han entusiasmado tus conocimientos sobre Mitra y los orígenes del cristianismo. Y un abrazote gordo. . . gordo, y grande, muy grande para todos. Elia4 ==== _____________________________________________________________________ From: "Manú" <144@arrakis.es> Subject: Más sobre Gestales < . . . . . . . . . ---------- De: escualo A: 144@arrakis.es Asunto: Re: Gestalt Fecha: martes 16 de diciembre de 1997 17:53 ¡Hola Manú! > La Gestalt de la Simpatía es ahora mismo un pequeño tesoro que hemos empezado a acumular el grupo de amigos-as krónidas que estamos formando este núcleo. Esa Gestalt es Desconocía esa idea. ¿Es tuya? > Al principio somos nosotros quienes voluntariamente decidimos nuestros actos de relación, pero conforme la Gestalt nos vaya conquistando nuestros corazones será su propio espíritu quien nos guiará, al igual que el espíritu de la colmena hace con las abejas. ¿Gestalt sería una persona trascendente (por decirlo de alguna forma) con voluntad, objetivos, afectos...? ¿Algo así como lo que los espiritistas llaman una entidad, o los hindúes un deva, o los cristianos ángeles... ? . . . . . . . > Hola, Escualo, ( y también Hola Krónidas, porque pienso enviar copia de esto a la Bitácora ) : Mi idea de "Gestalt" -cuyo plural parece ser "Gestales"- viene de la observación de cómo se constituye cualquier ser orgánico, y en general de cómo se asocian las partículas elementales para constituirse en sustancias más complejas. Cualquier cosa, por pequeña que sea y por simple que parezca, tiene elementos individuales que, más o menos misteriosamente, SE UNEN, renunciando a su individualidad en aras de algo más perfecto o por lo menos más complejo. Todo lo Vital sigue esta dirección que llaman Sintropía; pero esta dirección viene anteriormente funcionando desde la partícula más simple que podamos imaginar o descubrir. La tendencia y dirección contrarias a la Sintropía es la Entropía, equivalente a la Descomposición, y a la Muerte, y en último extremo a la Extinción. (Y aunque la Física actual cree que la materia ni se crea ni se destruye, lo cierto es que la materia tiende por una parte a Complejizarse mediante la Asociación de elementos menos complejos, y tiende por otra parte a Simplificarse mediante el Aislamiento de sus elementos -en cualquier nivel que consideremos-). En el nivel humano sus elementos se asocian en forma de familia, tribu, clan, grupos sociales de todo tipo y una extensa gama de otras "instituciones", que es el nombre genérico de cualquier producto asociativo. En torno a nuestro mundo también las plantas y los minerales siguen esta tendencia asociativa o sintrópica, a partir de la evidentemente observable Tabla Periódica de Elementos. Todos sabemos que dos puntos determinan una línea recta, y que una serie de puntos aunque no estén en línea recta forma una curva gráfica, y que siguiendo el devenir de cualquier formulación de realidad podemos intuir o imaginar organizaciones futuras tanto en el campo inorgánico como en el campo biológico, como también en los campos intelectivos y morales y tal vez en otros campos de realidad cuya existencia aún desconocemos. Y a lo que iba: La amistad, el amor, la simpatía, la afinidad psicológica y la afinidad espiritual, son ALGO, son realidades asociativas o sintrópicas que transforman a los individuos en componentes de ALGO que no llegaría a existir sin esa dinámica invisible que está formando Gestales. Y todo esto se incluye en la misma Dinámica Universal que está haciendo que los átomos se unan en moléculas y que las células se unan en tejidos y que los tejidos se unan en organismos y que los individuos se unan en instituciones y que las instituciones se unan en mundos. La muerte individual es un parón en seco, pero las tendencias generales continúan independientemente de las muertes individuales de sus elementos: Los individuos mueren, las naciones desaparecen, la Humanidad tarde o temprano se extinguirá, pero la Dinámica Sintrópica seguirá su curso por los siglos de los siglos hacia formulaciones cada vez más sublimes de realidad y ser : ¿Nos importa? : A mí sí : Los trenes son para subirse en ellos y alcanzar cada vez más lejanos horizontes. La Humanidad dará de sí lo que esté en sus genes dar, pero más allá de la Humanidad habrá Realidad -y a ésa me apunto-, habrá ALGO cuya presencia ya olisqueo como un perfume. Vale, un beso inmenso. Manú ________________________________________________________________ From: Adrian Núñez Ferdmann Subject: Adiós, Amazonas IV/X -Yorch, para servirle. -¿George?, ¿como George Washington? -No, Yorch, Y-O-R-C-H, mis padres no hablaban el inglés como el señor Ramírez. ¿Y usté mister? -Andrés. -¿Primera vez que viaja por aquí? -Sí y no. -Entiendo, como el españolcito. -Exacto. ¿Y usted a qué se dedica? -le pregunté-. -Yo ayudo al señor Ramírez. Él sabrá mucho de plantas y animales, pero para conocer este río hay que haber nacido aquí… Hay cada cosa rara… El tipo parecía una mezcla de shipibo con mochica. Era notorio que el calor no le afectaba y que los insectos nunca le picaban. Tras veinte minutos de espera, el barco no se había movido ni un milímetro. El calor había aumentado al doble y el aire pesaba el triple. Entretanto ya andaba yo casi totalmente desnudo. Sólo tenía una ropa de baño, y aunque era muy delgada, estaba resultando insoportable, a tal punto que si no hubiera habido maricas en el barco, probablemente ya me la habría quitado. No era yo el único que sudaba como un pollo hervido. La pareja de viejitos gringos rosados parecía un par de lechoncitos a la parrilla. Alex se veía ahora como un peluquero recién salido del sauna, listo para la ducha española. Los camarotes no tenían aire acondicionado porque el motor había sido desconectado. ¡Qué sopor! En un estado de demencia ajusté fuertemente mi ropa de baño y salté al río. La sensación de frescura fue indescriptible. Di unas cuantas brazadas y luego escuché varios chapuzones, uno tras otro. Al voltear vi que las chicas canadienses estaban ya en el agua, también el mexicano, uno de los californianos y los cinco estudiantes. Nadie parecía tener ni la más mínima intención de salir del agua. Este cuadro debe haberse visto bastante provocativo, porque poco después todos los pasajeros estábamos sumergidos hasta el cuello. No quedaba nadie que no tuviera una sonrisa dibujada en la boca. Hasta los viejitos rosados buceaban como bufeos. Pasaban por mi mente ideas sin ilación. Esa uruguaya me estaba volviendo loco. Nuevas situaciones para mi novela. ¿Qué sentiría yo si no conociera este lugar? ¿Por qué tenía que ser tan impresivo y a veces tan frugal? Alguien entró al agua con una pelota de plástico y nos pusimos a jugar un juego sin sentido. Sólo nos tirábamos la pelota unos a otros, como niños domingueros. Cuando las energías menguaron se inició la conversación acuática. Me separé entonces de los demás pasajeros. Respiré profundamente y hundí la cabeza. Medio minuto después subí a tomar aire. En ese momento escuché detrás de mí una voz tan dulce, tan lenitiva, que mis párpados cayeron, y cuando se levantaron otra vez, vi que ella, la uruguaya, estaba junto a mí preguntándome por qué estaba solo. No recuerdo cuál fue mi respuesta, sólo puedo recordar ahora esa imagen. Estaba ahí, tan junto a mí, con el cabello mojado, chorreando Amazonas, con ese rostro sereno y esos ojos ya no tan silenciosos. Más bien parecía que su pregunta no tenía ningún sentido, que no había lugar a cuestiones, que sus ojos eran los que querían hablar. Tuvo que pasar en ese instante. Era la voz de Yorch. Gritaba con voz de aguardiente que debíamos subir todos al barco, que ya habían solucionado el problema. Esta mujer avanzó junto a mí. La notaba algo nerviosa. Llegamos a la escalerilla. Delante de mí, pisó la primera grada y resbaló. La sujeté de la cintura pero mis manos estuvieron sobre su piel una fracción de segundo más de lo necesario para evitar que ella cayese. Una deliciosa y heroica fracción de segundo. Luego volteó el rostro y su mirada llegó a lo más profundo de mis ojos. Hormigueo. Subió. Subí. Se amarró con rapidez una toalla con el dibujo de una mariposa amarilla y voló hacia su habitación. Permanecí mojado, salpicando el piso de estribor. Debí haber estado ahí varios minutos, porque cuando mi cerebro se volvió a encender, estaba seco. Caminé hacia el comedor, me serví un café y sentí el movimiento acelerado del barco. Solo en el comedor, se me dio por pensar en Iquitos, esta ciudad de la eterna modorra. Pensaba en cómo habría sido vivir aquí antes de la primera guerra mundial, en la época del boom del caucho, en qué habría sentido Francisco de Orellana al llegar al Amazonas y cómo habría sido todo este paisaje antes de la llegada de los españoles. Ahora sin embargo me tocaba vivir en 1992, después del golpe del 5 de abril, en una ciudad pasota que levantaba los párpados y bajaba la barbilla para ver hacia el Brasil. (Continuará 4/10) Adrian Núñez Ferdmann ______________________________________________________________________________